Cuando me aventuré a colaborar con mis compañeros en el mundillo de las redes sociales, concretamente Twitter y Facebook, con la cuenta de Tweri (aplicación que ayuda a la autonomía para personas con Alzheimer y proporciona tranquilidad a sus familiares y cuidadores), ni siquiera imaginaba cómo iba a repercutir en mi vida…

Ha cambiado mi forma de ver y sentir las cosas en muchos aspectos.

Ahora ya no soy una novata “redsocialera”, aunque me queda mucho por aprender aún.

En la actualidad conozco mejor la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad del olvido, y el drama que supone para afectados, familiares, cuidadores y otras muchas personas que se ven implicadas en un diagnóstico de esta cruel enfermedad. He leído gran cantidad de artículos, ensayos, manuales, historias de la mano de médicos, enfermeras, terapeutas ocupacionales, cuidadores, etc.

He tenido la buena fortuna de conocer a pacientes que sufren de Alzheimer. A alguno lo conozco en persona y a otros los he ido conociendo a través de las redes sociales… Es realmente duro pensar que algún día podamos pasar por lo mismo. Los afectados sienten que se les escapa el presente y la vida por minutos, sienten que son una carga, sienten que se pierden dentro de su yo…

Algo que también he aprendido durante mi andadura en el “Mundo Tweri” (como yo lo llamo), es que a partir del diagnóstico de la enfermedad, el Alzheimer no sólo inunda la vida del paciente, sino también la de todos los que le rodean.

Lo que más me ha impactado sin duda, ha sido conocer a los cuidadores de afectados de Alzheimer y, en general, de otros dependientes.

Dijo el Dr. Ignacio Rueda: “Cuidar a un enfermo de Alzheimer desvela nuestra infinita capacidad de amar”. Es conmovedor, y en ocasiones desgarrador, ver cómo y cuánto trabajan (porque cuidar a un dependiente aunque sea sin remuneración alguna es un trabajo y de los más duros), cómo se vuelcan para que el enfermo se encuentre bien en todos los aspectos (emocionalmente, físicamente, ayudándole en las tareas de higiene, etc). De verdad, tienen mi mayor admiración, porque ponen todo su empeño en cuidar a una persona, que en un elevado porcentaje de los casos es un familiar, y dan hasta que les duele sin pedir nada a cambio en la mayoría de los casos.

Sin duda el “Mundo Tweri” ha cambiado mi forma de ver al ser humano, de ver las relaciones sociales y familiares y, en definitiva, ha cambiado mi yo brindándome la oportunidad de “sentir” mundos hasta ahora desconocidos para mí.